- Delia, al borde de la renuncia
- El “muerde manos” de Morelli
- En el PRI, van los de siempre

ORFIS, el villano favorito
Delia González Cobos, Auditora General del Órgano de Fiscalización (ORFIS) llegó a su oficina en Arco Sur en septiembre del 2019, hizo cambios de direcciones, puso a gente de su confianza en áreas delicadas, se trajo a personal capaz y honrado de la Secretaría de Finanzas y Planeación (Sefiplan) y a todos ellos les pidió “asepsia administrativa y financiera” al momento de observar en las dependencias del Poder Ejecutivo el buen ejercicio de los recursos públicos de Veracruz, pues era -les dijo- una instrucción del gobernador, Cuitláhuac García Jiménez.
Quince meses después, González Cobos se “jala los pelos” en su oficina del tercer piso del edificio del ORFIS. Está abrumada y angustiada, todas las dependencias a quienes se les han hecho auditorias (pequeñas muestras, no auditoria completa) tienen observaciones en los recursos públicos: El no respeto a los capítulos presupuestales, el indebido ejercicio de las participaciones federales, muestras no tangibles del personal dado de alta. Algunos secretarios de despacho -dice Delia González a sus más cercanos- han agarrado el presupuesto estatal como sí fuera “la alcancía de su casa” o el ahorro “debajo del colchón”.
El tema no para ahí, varios secretarios de despacho ya fueron a acusar “la mano dura y cruel” de Delia González con el Secretario de Gobierno, Eric Patrocinio Cisneros y con el gobernador, Cuitláhuac García. La llamada “brazo derecho” del titular de Sefiplan, José Luis Lima Franco ya contó “en corto” a quien le debe el cargo y a sus más cercanos, que si es necesario “presentará su renuncia”, pero que no piensa “echarse atrás” en las observaciones técnicas y financieras que habrán de presentarse en mayo próximo en el Informe de Resultados de la Cuenta Pública 2020.
González Cobos tal parece, podría correr la misma suerte que tuvo la excontralora general del estado, Leslie Garibo Puga.
El “muerde manos” de Morelli y compañía
La alcaldía de Boca del Río en manos de Humberto Alonso Morelli en el periodo 2018-2021 no se explica sin el apoyo de la familia Yunes; sin embargo, antes de que finalizara el 2020, Alonso Morelli fue llamando a su oficina uno por uno a sus directores y regidores del cabildo. Además del abrazo y parabienes decembrinos, el edil fue muy claro en su mensaje: “Mi candidato es Jaime (de la Garza) y con el vamos a ganar la alcaldía”. La cartilla que les leyó el exdiputado federal -curul otorgada gracias a los Yunes- fue para decirles que su “gallo” era el actual director de desarrollo social, al cual “hay que apoyar”. La medida fue aplaudida por unos, repudiada por otros. Morelli insistió solo de esa manera se “garantiza” la chamba cuatro años más.
“La elección interna será lo duro, afuera estará muy fácil. La marca PAN aquí está muy bien posicionada”, expuso el alcalde.
De esa manera, Morelli vetó de un plumazo a su examigo y actual diputado local panista, Juan Manuel “ya merito” Unanue, quien con ésta acumulará por tercera ocasión el intento de llegar a la alcaldía de Boca del Río. Faltará ver que dice “El Chapito”, los Yunes y el propio Unanue.
El tricolor, el club de los mismos
El nuevo PRI -el que ocupa un espacio en la tercera preferencia electoral- tal parece que echará mano de “los de siempre” para buscar diputaciones en los próximos comicios, en donde irán matrimoniados por primera vez con el Partido Acción Nacional (PAN) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD).
Hasta ahora, sin que hayan sido confirmados por el Revolucionario Institucional, mucho menos por la alianza “Sí por México” -el llamado Tumor-, ya se apuntan los nombres y apellidos que en otras elecciones aparecían hasta en la sopa: Fidel Kuri por Orizaba, José Yunes por Coatepec, Adolfo Mota por Xalapa, Ana Guadalupe Ingram por Veracruz; incluso, ya hasta en las plurinominales ya se escuchan, sí, adivinen, Héctor Yunes Landa, Lorena Piñon y claro, faltaba más, el actual líder del partido, Marlon Ramírez.
Twitter: @zavaleta_noe