- Salvar la vida
- Quebrar negocios
Luis Velázquez
28 de agosto de 2020
UNO. Apuesta oficial
Un semestre después, todo indica, y sin estar especializado en el coronavirus, que la realidad económica y social dobló al gobierno y son flexibles para bajar el tono a la cuarentena.
Cada vez, más negocios, comercios, changarros y empresas abiertas. Cada vez, más gente circulando en la calle. Cada vez la vida recuperada.
Pero, al mismo tiempo, el rebrote de la pandemia.
La coyuntura es sencilla: se apuesta a salvar vidas y la cuarentena sigue. O se corre el riesgo de la reapertura para inyectar la vida económica y disminuir los estragos de la recesión.
DOS. Cada quien su COVID
En unos pueblos de Veracruz, por ejemplo, como en Yanga detuvieron y multaron a una mujer por andar sin tapabocas en la calle.
En otros pueblos, en el norte del estado, sigue prohibido el acceso de turistas a la cabecera municipal y las playas.
En otros pueblos, decidieron abrir las calles y avenidas del Centro Histórico “porque la medida no sirve para nada”.
Y en otros más, cierran las playas como en Boca del Río, pero las abren en Antón Lizardo, municipio de Alvarado.
TRES. El regreso de la vida
En contraparte, se sale a la calle en la mañana, la tarde o la noche para “medir el agua a los camotes” y por todos lados la vida regresando.
En la avenida Adolfo Ruiz Cortines, por ejemplo, lado de Boca del Río, abiertos los restaurantes, cafés y antros.
También los bancos y las farmacias.
Montón de automovilistas circulando, como si nada.
En otras latitudes del mundo reabrieron, pero luego enseguida el rebrote, y de nuevo la cuarentena.
Los chicos de Londres quedaron con las ganas de repetir el Super Saturday, igual que en Tlacotalpan, en la Cuenca del Papaloapan.
CUATRO. Elecciones en juego
Insólito, la reapertura en un momento cuando hasta los niños están cayendo contagiados por el virus.
Incluso, hasta las mascotas. Gatitos y perritos.
Si la autoridad cedió a las presiones empresariales para la reapertura, malo.
Si se trató de una jugada política electoral (quince gobernadores y 500 diputados federales a elegirse a mediados del año entrante), peor.
Si fue “un atolazo con el dedo”, y al ratito, otra vez la cuarentena, vaya jugarreta con la vida humana.
CINCO. Lucha desesperada por una solución
Por ahora, el resultado es fatídico: miles de trabajadores desempleados, despedidos. En unos casos, sin una liquidación. En otros, enviados a sus casas con la mitad del salario. En otros más, de plano, la quita de prestaciones sociales, económicas y médicas.
Además, los vientos huracanados que vendrán de que hacia el final del desastre epidemiológico habrá, dicen los expertos, doce millones y medio más de mexicanos cesantes.
La autoridad, en medio del fuego luchando, digamos, por adivinar una salida digna.
SEIS. Escore político
La mayor parte de las escuelas de nivel medio están en clases en línea.
Durante varias semanas, la autoridad educativa estuvo jugando con el escore político. Que clases en línea. Que clases presenciales. Que clases híbridas.
Hacia el final del día y de la noche, para ventura de los padres de familia, apostaron a las clases digitales, pues es la única manera de garantizar, salvo imprevistos, la vida de los niños.
Pero al mismo tiempo, vaya paradoja, en otros niveles, como la vida productiva, por ejemplo, las manos dobladas.
La pandemia trajo consigo la recesión. Y ni modo, los tiempos son duros y adversos, y ni modo de exponer la vida para salvar los comercios y negocios.